El gran descubrimiento de los guaraníes ha sido la yerba mate. Masticaban en sus andanzas y correrías las hojas del caà para tener más vigor. Las maceraban también en agua fría dentro de una pequeña calabaza para absolverla con una pequeña tacuara: el tereré (antecesor del mate criollo); solo lo conseguían en su lugar de origen: al nordeste del Paraguay oriental hasta la zona vecina de Mato Grosso, al norte del río Apa y al este del Paraná. La recolección se hacia de Febrero a Mayo. Las ramas cortadas se tostaban en el fuego y se molían en un mortero.
La palabra chamamé es de indudable origen guaraní.
Era una o distintas formas de su ÑEE MBOÈ YEROKÌ (rezo-danza que era su natural manera de orar en comunidad). Ya sea, expresión de rogativas, de gozo o de gratitud a Tupá (Dios del rayo, el trueno y la lluvia).
La palabra chamamé viene de: CHA, contracción de CHE-A (mi alma), AMA (lluvia) y ME (estoy o estar). Lo que literalmente pude ser traducido: “estoy o estar con mi alma en la lluvia”.
También existen otras traducciones muy posibles, surgidas de deducciones etimológicas y culturales, como: CHA (contracción de CHE-A, mi alma) AMA (lluvia) y ME-E (dar, conceder, regalar, ofrendar). “ofrenda de mi alma a o por la lluvia”.
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